Sobrevive una  morera negra que según la leyenda fue plantada hace más de 500 años por el propio Rey Carlos.

Joaquín

Sobrevive una morera negra que según la leyenda fue plantada hace más de 500 años por el propio Rey Carlos.

Joaquín

En los amplios jardines del Castillo Palacio de Olite se cultivaban naranjos, limoneros y moreras que habían sido traídas desde Valencia por el Rey Carlos III el Noble. Las moreras eran muy apreciadas por sus frutos comestibles y por sus hojas, con las que se alimentaba a los gusanos de seda productores de los hilos que se utilizaban en la confección de casullas, mitras y otros ornamentos religiosos así como de lujosos y costosos ropajes cortesanos.

Aunque la morera resiste heladas de hasta -19º, en el invierno se cubrían con toldos los patios del castillo para crear un efecto invernadero que protegiera a los árboles contra el frío. En uno de estos patios sobrevive una morera negra que según la leyenda fue plantada hace más de 500 años por el propio Rey Carlos. La morera, con una enorme capacidad de rebrote, sobrevivió a los dos grandes incendios que primero en la Guerra de Sucesión y, posteriormente, en la de Independencia, destruyeron al edificio.

Teniendo en cuenta su porte, sus dimensiones y su historia, la morera de Olite fue incluída en 1991 en el catálogo de Monumentos Naturales de Navarra. En 2004 se decía en un documento oficial que “el ejemplar está muy delicado y desestructurado, por lo que ha requerido trabajos variados para garantizar su supervivencia”. Estos trabajos han dado muy buen resultado y la morera presenta un magnífico aspecto. De su base de 1,22 m. de diámetro han brotado seis vástagos que están creciendo vigorosamente.

Un abrazo. Joaquín

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