Charcas sobre las que flotan en primavera, un poco elevadas, como para no mojarse los pétalos en el agua, las flores blancas de los ranúnculos.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
Es como si el temporal hubiera lavado todos los colores y les hubiera otorgado un nuevo lustre. El campo de grelos parecía dibujado con exceso de verdes, junto a una nube que era casi azul marino. Todo parecía nuevo tras el mal tiempo mientras, de la tierra, han empezado a emerger los narcisos.
Parece mentira que estos bulbos enterrados noten en la oscuridad de la tierra que los días se alargan y que va llegando la hora de espigar y de florecer de amarillo. ¿Cómo es posible esto? Yo a veces he pensado que cuentan las vueltas que da el mundo porque en mi despacho, en una caja donde guardo unas mariposas monarca que traje ya sin vida del suelo de México, tenía envueltos unos tulipanes en papel de seda blanco y el otro día, entre el envoltorio, empezaron a asomar sus tallos verdes, a la vez que los narcisos que rompen ya con sus tallos la tierra endurecida por el frío.
Feliz día y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
NOTA: Según acaba de informar un agricultor de Sevilla, han empezado a florecer los almendros amargos, noticia de hoy en ACTUALIDAD.
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