Al principio, creí que era una cometa. Y lo era. Quiero decir que había justo al lado una cometa, con forma de fragata, que volaba en el mismo cielo atada por un hilo a la mano de un niño. Entonces bajé la cámara. Y cuando ya me iba, volando exactamente igual que la cometa, dejándose llevar, sin irse, sostenida en los brazos del viento, vi a esta fragata, a la que luego se unió otra, volando en pareja más altas que la cometa pero exáctamente de la misma manera: como si no tuvieran más vida que la de un papel en el aire.
Me llamó la atención la garganta blanca, que se aprecia pinchando sobre la foto, y de nuevo esa línea perfecta y recta de las alas de la fragata, y la cola haciendo de caña, de timón, para navegar en el viento muy quietas, como si estuvieran unidas por un hilo invisible al mar y a la tierra.
Feliz día y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
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Esta fragata estaba hace tres días volando sobre el castillo de San Felipe del Morro, en San Juan de Puerto Rico.