El sol caía despacio, sin ganas, como si estuviera también el sol un poco harto de su propio día y de su propio calor.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno
15:27 He visto higueras tan grandes que precisaban de innumerables rodrigones para poder sostener el peso de sus ramas, y sin embargo todas, al final se yerguen, como las amapolas justo antes de abrirse. Y en lo alto y el final de la rama, aparece ya en invierno,lo que será más rama y más hojas, ahora en forma de uña y de color ya verde.
Feliz día y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
P.S. No puedo imaginar mejor regalo, casi como si me hubiera tocado la lotería, que estar en obras en esta página en la que poco a poco iremos incorporando novedades en las que hemos puesto muchísima ilusión.
Podemos, de momento, proyectar ya videos, con el empeño de siempre: ver la Naturaleza mientras sucede y vive.
Si me hubiera tocado la lotería, seguiría trabajando aquí con el mismo empeño y la misma ilusión.
Poco a poco, iremos contando todo. Hasta mañana, que escribiré aquí por la tarde, pues a primera hora saldré al mar.
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Ya se asoman al aire las uñas verdes de la higuera, cuyas ramas, se diría que no tuvieran fuerzas, pero al final se elevan hacia el cielo, como candelabros del que saliera una llama verde.