La sombra que el todavía dormido paraguayo arroja sobre el suelo parece como si fuera su reflejo en un espejo.
Joaquín
Joaquín
17:48
Buenas tardes.
Ayer descubrí un nido de bisbitas porque cada vez que entraba en la caseta de las máquinas a por una herramienta, salía volando una pareja.
Y cuando tuve tiempo, tras terminar una de esas tareas que parecen no acabar nunca porque cuando se arregla una cosa, se estropea la otra, me fui a la hiedra que sube por la pared de la caseta, y empecé a mirar, a escarbar con los ojos, dónde podrían tener el nido.
No lo toqué con las manos, al encontrarlo con la mirada, para no estropear su destino.
Nada me gustaría más que tener bisbitas alrededor de los cuadras, como esta que dejo ahora, y que grabé, en el establo, hace semanas.
Feliz día,
Mónica Fernández-Aceytuno
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Buenas tardes.
Ayer descubrí un nido de bisbitas.