Alcornoque

Alcornoque

8:32

Buenos días. Dicen que los alcornoques sólo se dan bien en casa de los ricos.

Yo creo que es al revés: que cuando se tiene dinero, se plantan alcornoques, a la manera en la que lo hacían los pegujaleros, a los que se les encargaba que plantaran una bellota y sembraran luego el grano de trigo por encima, cuya cosecha se llevaban en pago por su trabajo.

Muchos de los alcornoques de las dehesas que ahora vemos, fueron plantados de esta manera, y es ésta la forma de plantar que da mejores ejemplares: el árbol sembrado, plantado desde la bellota.

Puede que ese dicho proviniera más bien del hecho de ver siempre un alcornoque junto a las casas grandes, a la manera en la que también había un gran pino piñonero para que las cocineras hicieran repostería con los piñones.

Por aquí cerca vive un ejemplar de alcornoque tan grande, que se calcula que tendrá cinco siglos de vida, y cuyo corcho se llevaban mis vecinos cuando eran niños, atado a la cintura, para nadar en el río.

Este alcornoque de la fotografía, me lo regaló también un día un vecino, y me lo trajo en carretilla, siendo sólo un brinzal.

Fue entonces cuando me dijo: “Sólo se le da bien a los ricos”.

De momento, va creciendo, pero aún no ha dado ninguna flor, ni tampoco, claro, bellotas, de las tres que da un alcornoque a lo largo del año.

Pero tiene ya este bornizo, el primer corcho que, al sol, me recuerda a las rocas de los acantilados.

Feliz día y hasta mañana,

Mónica Fernández-Aceytuno

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