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Buenos días. Esta golondrina estaba anoche en una viga de la cuadra que tienen mis vecinos.
Llegó este año con mucha antelación, hace tres semanas, pero fue ayer cuando me contaron que habían llegado antes que otros años, y que creyeron que iban a morirse de frío y de hambre, al no haber aún moscas volando sobre el ganado.
Pasé por la tarde a hacerle la foto, y cada vez que me veía con la cámara, se escapaba volando desde un cable que cuelga, desganado, desde una lámpara del techo, hacia el paisaje, que en la oscuridad de la cuadra, con última luz del día sobre los montes, parecía el hueco de la puerta, un cuadro impresionista.
Yo también me fui.
Y cuando ya estaba casi cenando, llamaron mis vecinos por teléfono, para decirme que ya habían vuelto a dormir las golondrinas, y que al ser de noche, no escaparían volando por la puerta siempre abierta, como si la noche fuera una pared negra para ellas.
Y así fue, ni con el flash se inmutó la golondrina posada en la viga, el nido a dos metros de distancia, aún vacío, con el barro nuevo de los caminos.
Feliz día y hasta mañana,
Mónica Fernández-Aceytuno
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Buenos días. Esta golondrina estaba anoche en una viga de la cuadra que tienen mis vecinos.