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Acabo de llegar de hacer, al fin, la foto al berro de los prados florecido y todo el camino tenía una luz clara llena de insectos volanderos, nuevos como el día.

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Acabo de llegar de hacer, al fin, la foto al berro de los prados florecido y todo el camino tenía una luz clara llena de insectos volanderos, nuevos como el día.

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Acabo de llegar de hacer, al fin, la foto al berro de los prados florecido y todo el camino tenía una luz clara llena de insectos volanderos, nuevos como el día.

He estado un rato haciendo fotos a estas flores que nacen de unos tallos blancos soterrados que crecen horizontales a la tierra hasta que llega la primavera y salen, como los turiones del bambú, estos vástagos que culminan en las flores.

Creía que estaba sóla mientras hacía fotos a los berros, y resulta que al darme la vuelta me encuentro con tres paisanos petrificados, dos hombres y una mujer con mandilón, mirándome, en silencio, desde el campo que labraban.

Así que no me ha quedado más remedio que explicarles que sólo estaba haciendo fotos a las flores, y no sé si la explicación ha sido peor que el silencio.

En cualquier caso, dejo esta vista del prado con los berros, hoy, florecidos.

Feliz día,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. Ya se puede ver de nuevo a la cigüeña incubando, a punto de salir en las CÁMARAS EN DIRECTO DE DOÑANA los cigoñinos. Y también acabo de leer en un artículo que escribí hace tiempo, que había cien metros de cuerda en un nido de cigüeña.

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