11:21 Fotografía realizada hace unos días en Cantabría, donde las vallas brotan en primavera....
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Estimada Mónica:
LA PALOMA TORCAZ
“Quien se fue a Sevilla perdió su….” y precisamente a la vuelta de aquella
ciudad,cuando salí a mi pequeño jardín, vi en el suelo varios palitos debajo
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Estimada Mónica:
LA PALOMA TORCAZ
“Quien se fue a Sevilla perdió su….” y precisamente a la vuelta de aquella
ciudad,cuando salí a mi pequeño jardín, vi en el suelo varios palitos debajo
de una encina no muy grande, no más largos de 20 centímetros, finos y flexibles.
Instintivamente levanté la vista con cuidado porque me estaba imaginando lo
que era, comprobé el contorno de una sombra desde donde asomaba la cola de
una Torcaz.
En nuestra ausencia una pareja de Torcaces que ya venía merodeando por aquí,
aprovecharon la ocasión y pensando que sólo tenían siete días, mientras
redoblaban los tambores y toques de corneta en Sevilla, se apresuraron para
hacer el nido y la puesta. Comprobando el número de palitos que había en el
suelo, más los que componían el nido, calculé que habían transportado más de
ciento cincuenta ramitas.
Las Palomas en general, me refiero a las que hacen sus nidos en árboles, no
son como ya he comentado en ocasiones, arquitectos perfeccionistas de su
vivienda, también las Urracas, Grajillas, Tórtolas etc.. a la hora de las
construcciones son muy estrafalarias.
Esto me recuerda que en una ocasión en la provincia de Cáceres, una Cigüeña
transportaba en su pico una sábana, sin los nudos, sin forma de bolsa de
niño que viene de Paris, sino que la había robado en alguna pradera donde su
dueña la dejó para secarla al sol. Como he referido, la llevaba por el aire
para acomodarla al nido en alguna torre de la ciudad. Los nidos de las
Cigüeñas son bastante desgarbados, un montón de leña y basta. Ahora bien,
tienen la ventaja de que en los huecos de esas torres de ramas, anidan los
Gorriones y otras aves. Yo creo que lo alquilan para disfrutar del canto y
del guirigay que estos producen al amanecer para quitarles el aburrimiento
(como ostras) que tienen. Ellas para distraerse sólo palmetean con su pico
como si fueran dos tablas o una carraca de feria. A mi me da pena cuando las
veo en pie sobre una sola pata como si les hubiese estallado una mina en una
guerra. Además, soportar las campanadas día y noche debe ser un tormento. No
digo nada a la hora de tener descendencia. ¡Vaya galimatías·! Es lógico
que estén tan aburridas.
Esta referencia que hago de los nidos es por la primorosa confección que
hacen otras aves, como los Jilgueros, Verderones e incluso aquellos
Tejedores de África, que llenan los árboles de nidos como si fueran
chirimoyas o colgantes de feria de los pueblos.
Hay que reconocer que
algunos pájaros como las mismas torcaces, son poco delicadas hasta para
comer, pues se tragan las bellotas con cáscara y para poder hacer la
digestión se tienen que inflar de piedrecitas que trituran los alimentos
que han tomado. No digo nada de los Sisones que tienen estómago como el de
las ovejas, es decir, no tienen molleja.
Volviendo a mis vecinas las Torcaces, quiero aclarar que su instinto de
conservación y acercamiento al ser humano como protector es increíble. La
Torcaz es la más salvaje e indómita de las Palomas, en el campo no permite
que te acerques a ella, es casi imposible de domesticar. Como todas las
Palomas Torcaces emigran de Europa a África para invernar, aunque algunas de
ellas se adaptan a las ciudades de España para anidar y criar, aprovechando
zonas residenciales con arboleda para huir de los depredadores de sus crías.
Esto me recuerda algunos casos en que los animales se acercan a la bulla de
la gente para estar más seguros. Recuerdo que una vez una liebre seguida por
unos Galgos, asediada por la persecución de los canes, vino a refugiarse a
nuestros pies. Un día de tormenta una Gata recién parida subió sobre la cama
a cada una de sus crías para ponerlas a salvo, porque sabía que la ramblas
se desbordaban exageradamente. Así como mi Perrita que no se despega de su
ama un segundo ni de noche ni de día, cuando oye los truenos o petardos de
las fiestas, viene a cobijarse debajo de mí, olvida a su ama y piensa que
éste que habla más fuerte y es más grande, le da mas seguridad y le va a
proteger mejor. Por tanto, es el único motivo que tiene para acercarse a
mi, o también cuando quiere una galleta, de marca claro. ¡Qué interés!,
Termino comentando de mis Torcaces a pesar de haberse aprovechado de
nuestra ausencia y ser ocupas de la encina. Cuando me asomo a la ventana al
amanecer veo al galán de la pareja sobre la chimenea de la casa de enfrente
mirando su nido sin decir pío, mientras su pareja incuba a los
descendientes, atento a cualquier requerimiento, un día y otro, esperando
sin prisa, sin esperar nada a cambio y ella mientras,va rotando a cada
ratito su cuerpo dentro del nido para transmitir calor uniforme a sus
descendientes. ¿Es eso instinto o algo más?, pero sea lo que sea ¿no está
lleno de ternura y encanto?
Mi Paloma tan escamona y yo, nos vamos entendiendo con la mirada. Yo desde
la ventana y ella desde su nido, casi nos hemos hecho amigos e intenta darme
las gracias para que no me entrometa y le permita seguir incubando día y
noche. Aún no la he visto salir del nido.¡Qué paciencia!
Los ejemplos de la naturaleza en seres irracionales, son para tomar nota.
Nuestras leyes sobre la vida y la muerte nos les interesan. La entrega por
los suyos es digna de admiración. Son felices desde los tiempos, cogiendo
palitos para anidar, con frío, lluvia o calor, generosamente y en silencio.
¡Qué maravilla!.
Un cordial saludo,
Jerónimo
Estimada Mónica:
LA PALOMA TORCAZ
“Quien se fue a Sevilla perdió su….” y precisamente a la vuelta de aquella
ciudad,cuando salí a mi pequeño jardín, vi en el suelo varios palitos debajo