Los somormujos lavancos, esas aves con esos preciosos moños que bien podrían pertenecer alguna tribu urbana, están también en el agua.
Juan Carlos Delgado Expósito
Juan Carlos Delgado Expósito
Y escribe:
“El día 3 se celebró una importante montería en una finca en las estribaciones del Guadarrama, ya cerca de Madrid. Los monteros cobraron sesenta reses, bajo una aguacero, y hasta ahí muy normal.
Pero hubo más de doce reses cervunas que no se pudieron sacar de los barrancos donde fueron a morir. Otros años se sacaban reses al día siguiente pero los nuevos requisitos burocráticos; documento de los forestales; documento del veterinario, etc.. hace que ya no se pueda vender la carne al día siguiente.
A partir del día 5 ya se veían concentraciones de buitre leonado y negro de mas de cien pájaros. También normal.
Lo que no había visto nunca fue un quebrantahuesos, no sabía que frecuentaran esta zona de Madrid, y lo pude contemplar bien claro a través de los prismáticos, sobrevolándome.
Pero tampoco había visto nunca en este festín de chuletones, solomillos, y demás exquisiteces, una pareja de Imperiales, con su vuelo mas torpón que los pequeños halcones que por aquí son tan habituales, incluso con menos empaque que los buitres, mucho mayores y mas potentes al batir las alas. A estas pude contemplarlas largo rato el domingo por la mañana, siete días después de la montería. Ya hoy creo que han acabado con los últimos restos. Entre todos ellos han hecho un gran trabajo.
Y ayer, también me sorprendió ver, como si fuese verano, un murciélago al atardecer. Después de la lluvia del día 3, estos 7 días han sido pura primavera.”
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