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Me encanta cómo despega la garza.

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Me encanta cómo despega la garza.

Me ve y se va volando, con esa lentitud que da a las aves las alas muy grandes. Primero las estira, para tomar impulso, y después da dos manotazos al aire, se eleva y las alas se le doblan como dos acentos circunflejos.

Una vez en el cielo, se ve que, al contrario de las cigüeñas que vuelan siempre con el cuello estirado, las garzas llevan el cuello en “s” como si tuvieran menos prisa en llegar a otro lado.

Y en el cieno de la orilla de la laguna, atrapadas en el agua como en un escaparate, quedan durante horas, incluso días, rectas y en tres líneas que se juntan, las huellas de las patas de la garza cuando ya se ha ido.

Feliz día,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. Es curioso que la palabra GARZO, quiera decir azul, y quién sabe si se dice azul de esta manera por ser la garza tan azulada.

FOTO DE LA GARZA CUANDO DOBLA LAS ALAS TRAS HABER DESPEGADO

Y la aportación de los lectores:

Para quien no haya visto nunca un Galápago Leproso, les recomiendo la crónica con foto de hoy, EL BÚHO Y EL GALÁPAGO sobre el día que pasó ayer Juan Carlos Delgado Expósito.

Por otro lado, al fin encontré un libro que andaba buscando hace meses: ORQUÍDEAS DE EXTREMADURA, de J.L. Pérez Chiscano, J.R. Gil Llano y F. Durán Oliva, en el que he encontrado la orquídea que fotografió a las afueras de Cáceres PILAR LÓPEZ