EN EL AIRE
PARÍS
MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
15-5-2009
PARÍS
MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
15-5-2009
A veces pienso que las flores, como a los pájaros, les gusta crecer juntas, en bandada, como estos jaramagos que fotografié hace unos días en un campo cubierto de flores amarillas como las plumas de un canario.
Os dejo con uno de los artículos que escribí para la prensa sobre los jaramagos, y también con la definición de abeja que ya podéis consultar gracias al doctor José Manuel Guerra Sanz.
Todo un lujo para el Diccionario de la Naturaleza.
Un fuerte abrazo para todos,
Mónica
ESQUIVOS JARAMAGOS SILVESTRES
Con el nombre de jaramagos saldrán hoy muchas flores amarillas. Algunas, al pie de las grúas, como si no fueran las grúas a sepultarlas floreciendo.
Son flores que se cultivaron un día y que cuando el hombre dejó de abrir surcos en la tierra para sembrarlas, se echaron a andar por las cunetas como andan las flores, a paso o a vuelo de semilla, hasta el mismísimo centro de las ciudades como hicieron también los gorriones campesinos para no quedarse sólos. De aquí al verano, habrá jaramagos floreciendo en el solar abandonado y en la acera rota y en la mediana inculta ya que su floración está hoy avanzando por los campos hacia la meseta como un pájaro con las alas muy abiertas y amarillas. En unos días, cualquier mujer, cualquier hombre, cualquier vagabundo, tendrá al alcance del tacto y de la vista los jaramagos silvestres y amarillos; y, los botánicos, podrán revisar la fórmula sobre el jaramago de nerviación broquidódroma; y a todos se les escurrirá de las manos la flor viva.
Pocas cosas hay tan difíciles en esta vida como atrapar la flor silvestre, con las manos, con pintura, con palabras; pero escribió Camilo José Cela, página ciento noventa, Madera de Boj : “los jaramagos nacen en las escombreras y con su flor amarilla alumbran la pobreza”.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, Lunes 26-3-2001