20:02 De cualquier otra ciudad de la que regreses, vuelves con gusto a casa, menos de Río de Janeiro porque, al volver, aunque sea primavera y hasta el castaño de Indias rosa esté florecido, todo parece triste, frío y apagado...
Poemas de Marosa di Giorgio
Como quizá ya sepa, en sus poemas, Marosa di Giorgio nos presenta, con la mirada alucinada de los niños, entre tantos otros seres, a los hongos. Le dejo con simpatía esta muestra:
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Los hongos nacen en silencio; algunos nacen en silencio; otros,
con un breve alarido, un leve trueno. Unos son blancos, otros
rosados, ése es gris y parece una paloma, la estatua a una paloma;
otros son dorados o morados. Cada uno trae -y eso es lo terrible-
la inicial del muerto de donde procede. Yo no me atrevo a
devorarlos; esa carne levísima es pariente nuestra.
Pero, aparece en la tarde el comprador de hongos y empieza
la siega. Mi madre da permiso. Él elige como un águila. Ese
blanco como el azúcar, uno rosado, uno gris.
Mamá no se da cuenta de que vende a su raza.
Marosa di Giorgio (de Historial de las Violetas, en pág 98 de Los papeles salvajes I, Adriana Hidalgo Editora)
Daniel