Me parece mentira haber estado hace tan solo unos días…
Nieve sobre Estambul, esta mañana
Ya estamos en Kinshasa.
Desde la ventanilla del avión, en plena noche, me ha emocionado ver el río Congo, o más bien imaginarlo, por las luces que se reflejaban en el agua, tan tímidas como las del mercado que, con sus lucecitas encendidas bajo sombrillas de colores, o directamente en el suelo, como si se asomaran a otro río, bordeaban toda la autopista del aeropuerto, por donde cruzan como si fuera un camino, las señoras con un porte y una elegancia exquisita, con su cesto lleno de panes en la cabeza, o eso me ha parecido, y su vestidos de estampados tan alegres.
En fin…todo está siendo tan extraordinario…porque trasciende todo lo conocido hasta ahora, hasta el punto que no he podido casi dormir, mirando desde mi cama cómo, para nuestro asombro, caían los copos, grandes como mariposas, sobre Estambul.
Ahora escribo bajo una mosquitera, también blanca, ya felizmente en Kinshasa, incapaz de dormir por la emoción de todo lo que nos espera mañana, aunque sólo sea oír los cantos de los pájaros del corazón de África.
Os dejo con estas fotos que saqué esta mañana de Estambul desde lo alto del precioso hotel Donizetti, tras caer la nieve toda la noche silenciosa como una sábana.
Un fuerte abrazo para todos,
Mónica
La idea de la nieve sobre una ciudad martirizada por el terrorismo me ha recordado un poema de Joy Davidman, la mujer de C.S. Lewis. Se titula “Snow in Madrid”, es del año 1.937, y narra cómo los combatientes de nuestra Guerra Civil ven caer del cielo por una vez algo que no está pensado para luchar o matar:
Softly, so casual,
Lovely, so light, so light,
The cruel sky lets fall
Something one does not fight.
How tenderly to crown
The brutal year
The clouds send something down
That one need not fear.
Men before perishing
See with unwounded eye
For once a gentle thing
Fall from the sky.
¡Feliz estancia otra vez y esperamos tus cartas!