Me acaba de escribir mi hijo mayor diciéndome que no para de nevar en París, y anteayer, yendo hacia Asturias, estaban al atardecer los Picos de Europa nevados con una luz amarillenta como el pecho de un quebrantahuesos que se hubiera lavado en barro

Me acaba de escribir mi hijo mayor diciéndome que no para de nevar en París, y anteayer, yendo hacia Asturias, estaban al atardecer los Picos de Europa nevados con una luz amarillenta como el pecho de un quebrantahuesos que se hubiera lavado en barro

Me acaba de escribir mi hijo mayor diciéndome que no para de nevar en París, y anteayer, yendo hacia Asturias, estaban al atardecer los Picos de Europa nevados con una luz amarillenta como el pecho de un quebrantahuesos que se hubiera lavado en barro
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