Nadar a somormujo, si el lápiz de mi oído no…
Paseo
Antes de ir a París di un paseo por el Real Jardín Botánico que es el lugar, además de entre los libros o las pinturas, donde mejor me encuentro en Madrid, lejos de casa.
Tiene esta ciudad a veces días tan cálidos de sol en pleno invierno que se ven incluso abejorros a final del otoño, en este caso sobre una salvia.
Como los narcisos de la imagen entre la hojarasca (la sombra de los árboles cuando ya no es nada) tengo algunos en mi jardín, creciendo sin mí.
Qué poco nos quieren las plantas.
Salen de la tierra o dan flores incluso cuando no estamos.
Buen día,
Mónica