Pez globo

Sigo en Morrocoy, en Venezuela, asombrada con su Naturaleza, como este pez globo que, aunque ya sabéis que no me agrada que el animal salvaje se vuelva doméstico, tenía su gracia, por haberse acostumbrado a que los repartidores de comida en lancha le dieran las cabezas de las langostas casi de la mano.

También, para mi sorpresa, ya que no sabía que se dieran las ostras en los manglares, vimos un señor que las recolectaba de entre las raíces del mangle, componiendo una estampa de colores sobre el agua hermosísima, con su tabla amarilla sobre la que tenía una palangana llena de ostras con alguna lima, y otra con una suerte de anguilas que asomaban la cabeza bajo una bandeja que servía de tapadera, como para que no se escaparan de nuevo al agua; todo ello sobre el agua tan clara y el cielo tan azul que parecía una obra de arte que estuviera pintada sobre el día.

Una escena que captó maravillosamente con esta fotografía Reyes, a quien le agradecemos que nos haya dado su permiso para exponerla aquí, ya que me parece que refleja perfectamente esto que os cuento por escrito.