m. Vástago que surge con fuerza del tocón de un…
piñonero.
m. Se dice del Pinus pinea o pino piñonero.
Pinos piñoneros, nubes verdes del paisaje, pensé mientras salía el tren de Valladolid. Atardecía. Caía el sol sobre un cielo azul descolorido por la luz de los campos, y allí donde la tierra se conoce que tiene una arena tan suelta que los cultivos no la quieren, se veía lo bien que se dan estos pinos con forma de sombrilla, a veces rodeados de una cerca, como niños en un recreo. Parecían sus copas las olas de un mar, al trasluz, verde oscuro. De niña creía que mirar por la ventanilla no servía para nada porque aún no sabía que, en la imaginación, podía estar el resto de la vida. Como en un piñón un árbol. La piña del pino piñonero te asombra con su belleza y el brillo de su madera, mientras te llena de resina las manos. También te manchas cuando abres los piñones y aparece, como envuelto en una toquilla, el piñón en su cuna de cáscara. Su testa leñosa está recubierta de una pruina que parece harina negra. Hay panaderos que pasan la noche en blanco haciendo en hornos de leña un bizcocho de manteca de vaca, leche, miga de pan y piñones. Pinos piñoneros, nubes verdes del paisaje, sombrillas del cielo, olas verde oscuro de un mar en tierra.
Mónica Fernández-Aceytuno
EL VIAJE DEL AGUA
FUNDACIÓN AQUAE