Tras comprobar las lesiones de los flamencos y tener constancia de que en la zona hubo fortísimas tormentas
Los rabihorcados
La observación de estas aves, grandes y ligeras como una cometa oscura, me ha llevado hasta el facsímil del “Diario de a bordo” de Colón, copiado por fray Bartolomé de las Casas. Traigo en la memoria de los ojos, los vuelos acrobáticos de los rabihorcados, persiguiendo a un águila pescadora sobre el Guayas. Colón no los llama fragatas, como se les suele llamar por piratear el botín de otras aves, ni rabihorcados, sino en portugués: “rabiforcados”, por haberlos visto en Cabo Verde. “Es ave de la mar, pero no posa en la mar”, leo en su diario, como señalaría después Darwin. ¡Qué gran observador de la Naturaleza fue Colón! El cambio de rumbo del 7 de octubre de 1492 poniendo “la proa hacia Oestesudoeste con determinación” fue porque había visto “gran multitud de aves” ese domingo. “Que nunca tuvo consecuencias de tanta monta el vuelo de una bandada de aves”, escribió Humboldt.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, sábado 5-4-2014
Aceytuno.com