22 julio, 2015

Santa Coloma

Hoy hemos subido hasta Santa Coloma, en el mismo centro de La Rioja, a comprar embutidos.

Por el camino, me iba parando a cada rato, porque había unos paisajes con una inocencia que hacía mucho tiempo que no veía.

Daban ganas de saber dibujar y de perderse como hacían los pintores impresionistas con el caballete y la banqueta y la caja de pinturas, en la soledad de los rastrojos, con los viñedos al fondo, y las choperas y el río y los almendros que había por el camino, para pasar la mañana mirando.

También había nogueras como la que ayer definimos para el Diccionario de la Naturaleza.

Me han llamado la atención las amapolas en los rastrojos que, como una ricia, se ve que han salido de las segundas semillas de este año, más pálidas, con menos fuerzas, como los pollos de las segundas puestas de algunos pájaros.

Más arriba estaban los montes de robles y de hayas, y el cielo azul con alguna nube subiendo hacia el cielo antes de caer con la tormenta que esperamos de nuevo para esta tarde.

Saludos,

Mónica