Por las plumas y plumones, como si acabara de volar del nido, estaba este escribano soteño en mitad del camino, justo en el espacio que dejan sin pisar las ruedas.
Esta mañana de domingo del mes de octubre, amanece con el cielo cubierto, la temperatura ha bajado y el viento sopla del Oeste, del charco, como decimos por aquí
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