Con la mirada en alto, como siempre que salgo al campo, intentando descubrir al autor de algún reclamo o canto, descubro que por una vez que bajo la mirada, me llevé un gran susto.
José
Hoy está lloviendo, y hace frío, pero ahí están los narcisos florecidos al pie de los cerezos, adormilados de mirarse a sí mismos en el espejo de los pocos días en los que viven, amarillos
Es tan grande la avutarda, el ave tarda, el ave torpe, que puede llegar a pesar quince kilos, y le da tanto la vuelta a las alas mientras echa hacia atrás el cuello que parece, de lejos, una gran bola de plumas blancas.
He podido observar a lo largo de los años, y esta semana ha sido la última vez, cómo las cigüeñas de los nidos de la torre del reloj se comportan como unas verdaderas "ladronas".
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