Me acaba de escribir mi hijo mayor diciéndome que no para de nevar en París, y anteayer, yendo hacia Asturias, estaban al atardecer los Picos de Europa nevados con una luz amarillenta como el pecho de un quebrantahuesos que se hubiera lavado en barro
Buenos días. Cuando ayer llamé a un centro de recuperación de fauna salvaje del País Vasco me hizo gracia que tuvieran allí mérgulos y araos y alcas como los que vi sobre el mar el sábado pasado.
A la derecha de la fotografía, se aprecia, en el suelo, con la cabeza y el cuello pardo rosado, y las alas y la cola en blanco y negro, una abubilla (Upupa epops)el sábado. (Se ve a la abubilla pinchando la foto en LEER MÁS)
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