En la cuneta, junto a un campo segado hace ya tanto tiempo que la hierba cortada se ha secado y asoma ya, el ricial de la tierra, estaba este cedacillo moviéndose hasta con la más pequeña brizna de aire.
El pelaje de verano de los gamos es mucho más claro que el de invierno, y tiene unas motas blancas que recuerdan al sol, tras acribillar con su luz las encinas.
Con otra palabra para nuestro Diccionario de la Naturaleza: BUZARCO, nueva crónica de Juan Carlos Delgado Expósito:"No sabría decir cual es mi pájaro preferido, por todos los que he
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