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Cortó una familia un cedro tan alto que le dio para hacer la tarima, la mesa del comedor de una pieza y toda la carpintería de la casa.

Mónica Fernández-Aceytuno

A esa hora pasan sobrevolando la masía, en hileras, hacia la playa, lanzando al cielo una voz como de niños que se quejan no se sabe de qué.

Mónica Fernández-Aceytuno

Al agateador lo voy fotografiando por partes.

Mónica Fernández-Aceytuno

De las dos mil especies de arañas que hay en España, más de la mitad se dispersan de esta manera.

Mónica Fernández-Aceytuno

En el día del gorrión, rescato esta foto que es a una de las que más cariño tengo, por estar hecha en invierno tras una nevada sobre los maizales.

Mónica Fernández-Aceytuno

Al caer el día, ascienden los hilos igual que si fueran agarrados a un globo que hubiera perdido un niño.

Mónica Fernández-Aceytuno

Me encantó encontrarme ayer en un parque a un espino blanco lleno de majuelas.

Mónica Fernández-Aceytuno

Anoche, releyendo "El extranjero" de Camus, me encontré con un verbo que no recordaba: bordonear, referido a dos abejorros.

Mónica Fernández-Aceytuno

No se puede dejar toda la noche en el campo, que la noche puede dar un golpe a la rosa; y tampoco se puede dejar sin mondar, porque el tiempo, al pasar, también golpea.

Mónica Fernández-Aceytuno