2 Mi amor por Chéjov es un amor a primera…
Truman Capote
Lo más cerca que tenía hasta ahora Nueva Orleáns era por los relatos de Truman Capote, que nació allí en 1924 y escribe sobre esta ciudad en «Los perros ladran», uno de mis libros preferidos.
Me dio pena leer este verano en una entrevista que el entrevistado no había leído nunca a Truman Capote, lo cual me pareció hasta doloroso, casi una amputación para alguien que ama las letras, porque para mí no hay escritor como Capote, y no por su famosísima «A sangre fría», que no me gusta nada, quizá porque no quiero, viviendo en el campo, pasar miedo con esta suerte de novelas que narran hechos terribles mientras hago, de cada ruido, de cada murmullo de las hojas, una pisada. Bien distinta es «Desayuno en Tiffany´s»,donde Holly dice: «Creéme, queridísimo Doc, es mejor quedarse mirando al cielo que vivir allí arriba. Es un sitio tremendamente vacío. No es más que el país por donde corre el trueno y todo desaparece».
Qué hubiera escrito Capote de haber estado vivo, cómo hablaría de este cielo sumergido en el que se reflejan las nubes y se entierran los muertos en las aguas desbordadas donde se hunde América, y asoma África.
Mónica Fernández-Aceytuno