m. Insecto coleóptero de coloración oscura propio de zonas esteparias…
vida.
f. Fuerza de la Naturaleza.
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Como la baronesa Karen Blixen en «Out of África» (traducido como «Memorias de África») no sé qué hacer con la peonía. Se arrepintió mucho ella de cortarla, al conseguir una peonía blanca y ponerla en un jarrón y que no diera semillas, estando tan lejos para obtener más plantas. No volvió a tener peonías blancas en África, ya lo escribe en su libro. Y aquí estoy, ante la primera peonía de mi vida. Hace cinco años que intento cultivarla y el año pasado estuve a punto de conseguir la primera flor pero, cuando solo era un botón rosa, unas diminutas hormigas negras empezaron a subir por su tallo y el botón no se desabrochó y no hubo pétalos ni sépalos ni aroma ni nada. Arrumbé la planta al lugar más oculto del jardín, y allí, a escondidas, como si dejarla en paz fuera necesario para que floreciera, acaba de salir una peonía, y ya hay otra dispuesta a abrirse. También este año suben por su tallo las hormigas negras, pero esta vez ha podido la flor.
Y ahora no sé qué hacer. Puedo resolver en un segundo las cuestiones más importantes de una vida: en un segundo decidí casarme, en otro tener hijos, y en otro cambiarme para siempre de casa; pero puedo tardar días y semanas y años, en resolver las cosas sin importancia: mover o no un mueble de sitio, ocultar o no las canas, cortar o no cortar la peonía. Mientras se despejan hoy en el mundo cuestiones fundamentales, yo no sé qué hacer con esta peonía que tiene un olor agreste y un rosa muy silvestre y unos pétalos desflecados y que llaman rosa montesina en las laderas de las sierras. También la llaman rosa de Santa Clara, e incluso aseguran que la rosa que se regala en Cataluña con los libros es una costumbre que ha cambiado porque no es la rosa cultivada y de invernadero la rosa de San Jorge, sino esta rosa silvestre que es la peonía.
Esta mañana tiene ya tanto peso que su tallo ha empezado a encorvarse sobre sus hojas que recuerdan, en pequeño, a las hojas de los acantos. La flor, está preciosa, y aún no sé qué hacer.
No sé si cortarla para tenerla cerca de mí cada hora del día, o dejarla en tierra y que se deshaga en semillas.